Lo bueno, malo y feo

Con motivo de la llegada del papa Francisco la Avenida brasil está con un reluciente asfalto recién instalado y los sardineles de impecable y brillante color amarillo, tanto la via principal como las laterales para vehículos particulares brindan una agradable sensación de esmerado cuidado como adecuado ornato. Que excelente es ver toda la vía correctamente señalizada con la pintura epoxica de color blanco que distingue los diferentes carriles de acuerdo a modernas normas de seguridad vial. Que bueno es observar los paraderos limpios, sin desmonte, con sus bancas completas, pulcras y barnizadas. En toda la extensión del corredor vial los arbustos tienen un deslumbrante color blanco en la parte inferior y sus ramas podadas en formas armónicas. Que agradable es observar al Coronel Bolognesi brillando en la cumbre del obelisco de la plaza del mismo nombre. Que bueno que podamos contar con una calle y ovalo con tan buena presentación para que el sumo pontífice tenga una excelente primera impresión.

Lo malo es que la via mencionada a cargo de la municipalidad provincial fue retocada, maquillada, reparada y embellecida solo por la importancia del personaje que llega y de seguro "por el que dirán", un antiguo e insoportable estigma de la sociedad limeña ahora a cargo de una autoridad cuyo único interés es causar una imagen de eficiente administración considerando que el arribo del Papa a nuestra ciudad es de relevancia mundial y seremos parte de noticieros televisivos en todo el mundo.

Lo feo es que todo este esfuerzo de la entidad municipal nos permite entender (por enésima vez) que los habitantes de Lima no nos merecemos un trabajo eficiente, adecuado, correcto y/o de acuerdo a la obligación del concejo, los ciudadanos debemos aceptar la ineficiencia, descuido, incapacidad o maltrato como algo natural. Basta seguir por la Avenida Alfonso Ugarte después de la plaza Bolognesi para encontrar las rejas sucias y rotas, los sardineles cubiertos de un color negruzco por la acumulación de tierra, la pintura sobre la pista imperceptible. La política y sus representantes están llegando a límites que ameritan acciones radicales de la población, Si no se pronuncian y actuan las autoridades encargadas de verificar la correcta administración de las diferentes entidades del estado los vecinos lo harán.