Cusco 2018



Voy a compartir una íntima confesión, la sensibilidad y emoción que hoy puedo sentir ante cotidianas vivencias que considero afectivas, importantes o relevantes afectan mi ecuanimidad al extremo de bloquear mis cuerdas vocales o facilitar el brote de lágrimas sin tener control para detener o soslayar esas reacciones. Es algo novedoso que aparece pocos años atrás después de mas de seis décadas con un comportamiento totalmente opuesto. 

Mis padres que nacieron durante los años veinte del siglo pasado recibieron y brindaron una crianza propia de los individuos que crecieron bajo una cultura vertical, impositiva, insolente, autoritaria u ofensiva, las características de esa formación distan tanto de la actual realidad que es casi imposible establecer algún tipo de semejanza con las costumbres hoy vigentes. Entre muchos otras taras llorar no era propio de hombres y la decencia de la mujer estaba ligada con su virginidad. Aprendí a guardar mis emociones y soportar vejaciones que hoy podrían ser hasta tipificadas como delitos. A pesar de sentir rabia por no encarar y rebelarme ante esos abusos me acostumbré y soporté. 

Esta segunda semana de Febrero viajamos con mi esposa al Cusco con la finalidad de conocer nuevos destinos como repetir y ahondar los que ya conocimos en anterior oportunidad. Fue para mi la cuarta visita a la capital del imperio Incaico y de lejos el mas provechoso, impactante y satisfactorio de todos mis viajes.

Cusco y alrededores, Ollaytantambo, Aguas Calientes, Machupicchu o Mándor. El valle sagrado, Urubamba, Salineras, Andahuaylillas, Pisac, Oropeza, Tipon o Saylla. Lugares que recorrimos en detalle con asombro y profunda emoción, el esfuerzo físico desplegado ante duras caminatas por diminutas rutas subiendo y bajando cerros en días soleados o lluviosos fue recompensado con paisajes fascinantes y ruinas que perduran mostrando el ingenio, capacidad y grandeza de la cultura andina. Las rutas complicadas y tediosas como llenas de peligro exigian a nuestro organismo un perfecto sentido de equilibrio gran resistencia y/o rapidez mental ante repentinos resbalones o síntomas de agotamiento. La mezcla de estos retos con la sorpresa de nuestros descubrimientos nos envuelve de tal manera que serán recuerdos que dificilmente olvidaremos. Fueron periplos impresionantes y con gran significado, trayectos que calaron en lo mas recondito de nuestro corazón y emociones.


La interrupción de mis comentarios al trabarse mis cuerdas vocales y no poder expresar con palabras lo que sentía o la repentina humedad en los ojos frente a lo que fuimos viendo o descubriendo fue una recurrente expresión de mis emociones por la conmoción que me provocaba cada nueva visión de la grandeza y belleza del lugar descubierto o revalorado.

Mención aparte de felicitación para los cusqueños que conscientes de la importancia del turismo para ellos mismos como para su región se esmeran en brindar lo mejor de ellos a quienes vamos a visitarlos.

Quedan aún bastantes lugares sin conocer y aparecieron nuevos sueños personales para hacer realidad. este fue un inolvidable paseo que esperamos pronto repetir buscando y descubriendo nuevos destinos.

Personalmente Pisac me impactó de sobremanera y anhelo volver con intenciones de profundizar mi aprendizaje de su historia, del presente y quien sabe formar o ser parte del futuro.  






    

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