Niña mujer

Solía soñar despierto iluminando fantasías vinculadas al sexo con actrices internacionales de características parecidas. Cuando era adolescente llenaba mi dosis de lujuria con el estereotipo de niña mujer, patrón que sin reparo hasta hoy sigue siendo un fetiche inalterable.

En la década de los sesenta y setenta jóvenes mujeres de corta estatura, aparente fragilidad e inocente dulzura dominaban el espectro artístico internacional y también el turbulento libido de este mozo. Estas ninfas de contextura delgada, rasgos juveniles y comportamiento candoroso aunque enquistadas en cuerpos firmes de figura sensual y sinuosas curvas me estimulaban perturbadoras sensaciones, si agregamos el natural desenfado, actitud de provocación y la sutil malicia que siempre ellas revelaban era imposible no rendirse ante ellas. 

Fui plasmando estos lascivos pensamientos con musas que se fueron renovando cuando la natural dinámica de sus vidas o el paso de los años traslada a las dueñas de mis entelequias hacia nuevos horizontes. Sin duda la Bardot ocupa el primer lugar de esta lista, Brigitte inicia mis efluvios hormonales y domina las escenas eróticas que construyo en mi mente debido a su constante presencia en las primeras planas del diario El Comercio. Fotos de esta hermosa mujer aparecían de manera repetida en la portada del periódico. En diminutos shorts, bikini o semidesnuda lucía su larga, blonda melena y exponía su provocadora anatomía. Le gustaba compartir (lease publicitarse) con la prensa sus conquistas y disfrutaba mostrarse luego de trasnochadas juergas con "playboys" internacionales o individuos desconocidos. Con ansias revisaba cada mañana la primera plana esperando encontrar alguna nueva imagen de BB. Siempre fue noticia, nunca dejo de deslumbrar con sus adorables gestos y el perfecto papel de niña mujer que acostumbraba representar.

Ornella Muti, Stefania Sandrelli, Jane Birkin, Natassja Kinski, Maria Schneider, Jane Fonda o Ewa Aulin fueron también actrices en esos años, todas portaban la misma esencia del aura referida, la de niña mujer. Ellas colmaron rebuscadas espectativas personales y la de muchos otros, alumbraron sensuales sueños de juventud y creo seguiré prendado de ellas.

El torrente de actrices con esta peculiaridad se desvanece en los ochenta y noventa, la poderosa industria cinematográfica estadounidense copa el mercado mundial y propone un tipo diferente de belleza para la mujer, su naturaleza ya no solo se basa en lo físico sino también resalta y hace admirar elementos propios de la personalidad de los personajes representados creando así una mayor fijación en aspectos distintos al físico, el concepto de belleza se diversifica y contiene además diferentes tipos de mujer.

Al paso de los años quise convertir en realidad mis sueños, hacer que mis elucubraciones de pubertad cobren vida, cristalizar trasladando esta fantasía a mi propia existencia. Como resultado tuve la fortuna de lograr que la mayoría de chicas con quienes establecí una relación se ajustaran al perfil que aquí resumo. Por supuesto, mis dos compromisos matrimoniales también.

El tiempo logro reajustar mis sueños, modificar espectativas, deseos o demandas, amenguar el ímpetu juvenil y adaptarme a las nuevas reglas aprovechando las posibilidades que hoy la tecnología ofrece. Las redes sociales dominan las generaciones del siglo XXI, las costumbres se renuevan con rapidez incontrolable, nada es estático y debemos adecuarnos a un efímero, dinámico y acelerado presente. las nuevas musas son ilimitadas pero lo que siempre prima en mis fijaciones es el espíritu que estas bellas y jóvenes damiselas del nuevo siglo puedan mostrar.

Nicole y Yuxi son mis númenes hoy, ya no con los sueños despierto que tenía en el siglo que pasó sino con su presencia en fotos posadas o vídeos personales donde podemos escuchar el timbre de sus voces, disfrutar sus gestos y difuerzos o apreciar sus habilidades personales, complacerme o saborear la íntima esencia de niña mujer que transmiten, que tanto me fascina.